27 de julio de 2024

Alucheblatt. La novedad del barrio.

Una pieza de carne picada a la parrilla, vegetales, queso, un buen chorretón de salsa y pan. La reina de la comida «rápida». Siempre de moda, siempre apetecible, siempre con ganas de probar nuevas variedades. Estamos hablando de la hamburguesa, por supuesto.

Hoy toca visitar Alucheblatt, un recién aterrizado en el barrio que nos propone un menú a base de hamburguesas, pizzas y pollos asados. Suena bien, ¿verdad?

Situado tras lo que antiguamente eran los multicines Aluche, nos encontramos este local de amplias cristaleras, cocina abierta y una pequeña terraza muy bien aprovechada con espacio para unas 10 o 12 mesas,

Nada más llegar, pude observar un ambiente muy familiar, con un grupo de niños todavía con los uniformes del colegio y sus padres, disfrutando de una merienda tardía. Como no puede ser de otra manera en estas situaciones, las mesas y la acera donde se sitúan, habían quedado como un campo de batalla con todo tipo de salsas, patatas y restos de comida esparcidos por doquier.

Pregunté al camarero si alguna de las mesas estaba libre. Con bastante rapidez pusieron orden en el desaguisado y, armados con el desinfectante, limpiaron cuidadosamente el suelo, mesas y sillas.

Como mis acompañantes todavía no habían llegado, pregunté, como ya es habitual, qué tipos de cerveza podían ofrecerme. Alhambra, Mahou, Heinecken y Bud. Decidí refrescarme con una Alhambra bien fría que me sirvieron junto con una curiosa tapa de totopos con crema agria y guacamole. Todavía me sorprende que, algo tan sencillo como una tapa decente, no sea más habitual en otros bares o restaurantes de la zona. Es un tema recurrente de conversación que he tenido con amigos y creo que todos estamos de acuerdo en que la tapa es algo que, si merece la pena, fideliza al cliente. Aquí se demuestra que con algo sencillo y económico, se puede dar una buena imagen.

Una vez llegaron mis compinches, pedimos la carta. La trajeron en formato físico, algo que no deja de sorprender en plena era covid, impresa en un cuadernillo muy poco atractivo. Deberían mejorar este aspecto que, al contrario que la tapa, no da una impresión demasiado buena.

Como ya he comentado anteriormente, la carta nos ofrece varios tipos de hamburguesas de unos 150 gramos, acompañadas de decenas de ingredientes distintos en un buen puñado de combinaciones, unas cuantas pizzas y alguna pieza de carne a la brasa, todo ello con un precio bastante ajustado a priori.

Nos decidimos por probar media ración de alitas «bravas», una hamburguesa por cabeza y, fuera de carta, pedimos una especie de quesadilla que vimos pasar hacia otra mesa y que llamó nuestra atención.

Precisamente la quesadilla fue lo primero en llegar. En realidad no llevaba queso y se trataba de una tortilla de trigo rellena con pechuga de pollo asado y una generosa cantidad de salsa. No era exactamente lo que esperaba, pero nos dio la oportunidad de saborear el tipo de pollo que preparan, bastante especiado, con mucha presencia de romero y un toque de humo. No sé el motivo por el cual no lo tienen habitualmente en carta, porque cumple bastante bien.

Antes de que pudiéramos terminar el plato anterior, nos sirvieron la media ración de alitas, compuesta por 6 alas completas de pollo a la barbacoa. El tamaño de esta ración da para que coma una persona sin ningún problema, así que mucho ojo con pedir el plato completo de 12 alitas porque os podéis llevar una sorpresa y un tupper con lo que os sobre.

Se echa en falta que la piel del pollo quede más tostada y crujiente, aunque el sabor del plato es bueno. También peca de lo que sucede en muchos otros lugares, prometiendo un plato «bravo», pero sirviéndolo con una salsa que no picaba absolutamente nada.

Una vez más y antes de que hubiéramos dado buena cuenta de los entrantes, nos sirvieron las hamburguesas. La verdad, esto genera un estrés innecesario y bastante incomodidad a la hora de repartir el poco espacio que nos quedó en la mesa. Aunque en ciertas situaciones se agradece la rapidez en el servicio, lo ideal es que se saque la comida de forma escalonada y con tiempo suficiente para terminar los platos anteriores.

La hamburguesa viene bien presentada con una guarnición de ensalada, patatas fritas congeladas, aunque aceptables, y un par de salsas adicionales de acompañamiento.

En mi caso, que escogí la Alucheblatt, la carne estaba jugosa y con un buen punto de cocción, venía cubierta con queso azul, nueces, pera caramelizada, lechuga, tomate y cebolla. Para mi gusto, el pan tostado en exceso, lo que hace que se endurezca y pierda «aguante» ante todo el relleno que tiene que soportar.

En conjunto, una mezcla de sabores interesante y diferente. El contraste del fuerte sabor del queso con el dulzor de la pera, casa muy bien con el resto de ingredientes.

La cuenta final, teniendo en cuenta que éramos 3 personas y comimos y bebimos como si fuésemos 5, me resultó bastante económica.

Quizá no es un sitio para pasar una velada romántica o celebrar un acontecimiento especial, pero si nos apetece comer en cantidad, con una calidad de ingredientes bastante decente y a un precio muy ajustado, Alucheblatt es una muy buena opción dentro del barrio.

Tipo de comida: Internacional.

Dónde: Calle de Maqueda, 38

Teléfono: 661 32 52 73

Precio medio: 12 – 15 €

Terraza: Sí

Valoración personal: 5.5/10

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *