por Hace ya unos años que mis amigos y yo instauramos una nueva tradición en el barrio, las preuvas de Aluche.
Seguramente es de las cosas que menos esfuerzo me ha costado en la vida y de las que me siento más orgulloso. Si lo analizas fríamente, es una chorrada enorme. Te juntas con tus amistades en la plaza del metro durante media hora, para comerte una docena de conguitos mientras ves como un puñado de frikis con un reloj de contrachapado hacen el bobo. Me encanta.
Nosotros acostumbramos a empezar la reunión desde bien temprano en alguno de nuestros bares de confianza del barrio. En esta ocasión, como el bar donde habíamos quedado estaba lleno hasta la bandera, decidimos improvisar y darle una oportunidad a una de las nuevas incorporaciones hosteleras de Aluche.
Y es así como llegamos a la puerta de Sabor & Arte, un pequeño bar con dos entradas, una a cada lado del local, que flanquean la enorme barra que ocupa gran parte de su espacio. Se nota que han hecho reforma recientemente. Todo parece nuevo y limpio. Se aprecia una sala bien iluminada, con apenas cinco o seis mesas y unos cuantos taburetes para acomodarse.
Nada más llegar, nos reciben con una amplia sonrisa y nos preguntan qué vamos a beber. Pedimos dos copas de cerveza de barril, escogiendo Estrella Galicia, pues también tienen 1906 en ese formato.
Hay que decir que, a la hora de tirar la cerveza, tienen bastante margen de mejora, pues una copa tenía dos dedos de espuma, mientras que la otra no tenía absolutamente nada. No es preocupante, pero son detalles a pulir.
Lo que sí hicieron bien, pero que muy bien, fue ofrecernos una tapa, pudiendo escoger entre las que en ese momento tenían en el mostrador. Nos quedamos con una especie de escalivada a base de berenjena. Kenny, la camarera y dueña del establecimiento, lo llamó «antipasto». A mi entender, es así como se suele llamar a los aperitivos en Italia, aunque intuyo que también debe ser una costumbre de Venezuela, que es su país de origen.
Como fue una visita improvisada, no caí en la cuenta de hacer una fotografía a la cerveza y los aperitivos.
Cuando llegaron el resto de compinches, decidimos probar la carta, lanzándonos a por las arepas, empanadas y hamburguesas.
Mientras esperábamos la comida, pudimos disfrutar de la música de ambiente, a base de ritmos cubanos. Este es el aporte de Jesús, marido de Kenny y cubano de nacimiento, así como su hermano, que muy simpático y divertido, improvisó una clase de salsa al ver lo mal que estábamos bailando.
La comida fue llegando y lo primero que pudimos probar fueron las patatas con beicon y cheddar. A ver, debo decir que aquí me temí lo peor, pues las patatas que nos sirvieron dejan bastante que desear. Una patata congelada cortada en cubos, con algo de beicon frito y un chorro de salsa de queso. Un plato que, personalmente, no volvería a pedir.
A continuación llegó la hamburguesa, que afortunadamente, nos hizo cambiar la cara. Carne casera bien aliñada, un buen pan brioche y unas cuantas salsas para aderezar a nuestro gusto. Las patatas, también congeladas, aunque en este caso de corte alargado y que funcionan bien como acompañamiento. En palabras de mi compinche Kata Kimura: «La mejor hamburguesa que me he comido en el barrio». Palabras mayores.
Las arepas hicieron acto de presencia. De gran tamaño y rellenas a reventar, son algo que hay que pedir sí o sí cuando visitéis este bar. La masa, a base de harina de maíz, frita en el momento, pero sin resultar grasienta. Un conjunto crujiente, jugoso y lleno de sabor.
Por último, las empanadas. Aparentemente, utilizan la misma masa de las arepas, aunque ligeramente más fina. El resultado es igualmente delicioso, más aún si las acompañamos de una salsa casera y picante que nos pusieron aparte, muy parecida a lo que sería un pico de gallo mexicano, pero con jalapeños en rodajas.
Casi tragando el último bocado, pedimos la cuenta a toda prisa para llegar puntuales a la cita de las preuvas. Una pena, porque la verdad es que estábamos disfrutando enormemente de la música, las bebidas y el trato.
El ticket, de 59,60 euros a repartir entre cuatro compinches y un servidor, bastante ajustado para los tiempos que corren.
Sabor & Arte, en palabras de su dueño, quiere ser un espacio donde hacer intercambios culturales, ya sea musicales, literarios, cinéfilos o de cualquier tipo, con la gastronomía como un perfecto acompañante. Estaremos atentos, pues en un futuro se organizarán presentaciones y coloquios con el arte como protagonista.
Me genera mucha alegría y satisfacción visitar un nuevo negocio que desprende tanta ilusión, energía y ganas de hacerlo bien. Está claro que no todo fue perfecto (esas patatas no hacen ninguna justicia al resto de la cocina), pero llevando tan pocos días de funcionamiento, su margen de mejora es enorme. Les deseamos la mejor de las suertes.
¿Tienen opciones sin gluten?
Sí. Tanto arepas como empanadas, son a base de harina de maíz, sin contaminación cruzada en cocina. Además, suelen disponer de pan sin gluten para las hamburguesas.
¿Tienen opciones vegetarianas o veganas?
No, al menos en la carta. Es probable que puedan preparar algo sobre la marcha, pero su cocina es principalmente carnívora.
¿Es accesible el local para sillas de ruedas o carritos de bebé?
El local es pequeño, pero suficiente para hacer hueco a sillas de ruedas.
¿Qué opinan los compinches?
Kata Kimura: «Hamburguesa muy rica. Atención de 10». Puntuación – 7,5
Target25: «Calidad, atención, buenas tapas… Merece la pena acudir a esta novedad del barrio» Puntuación – 7
Clementain: «Lugar acogedor y arepas muy ricas» Puntuación – 7,5
Larry Boy: «Arepas buenísimas y enormes. Empanadas acompañadas de salsas caseras, combinación perfecta. Trato inmejorable y un original concepto de gastronomía y arte.» Puntuación – 7,5
Tipo de comida: Venezolana.
Dónde: Calle Camarena, 169.
Teléfono: No.
Web: No tiene. Disponen de Instagram: @saboryarte_madrid
Precio medio: 10 – 15€
Terraza: No.
Valoración personal: 7/10
