Han pasado casi dos años desde que dimos comienzo a nuestras degustaciones por el barrio de Aluche. Aunque todavía quedan algunos sitios que visitar y reseñar, hemos decidido abrir por fin nuestras fronteras y dar paso a algunos de los negocios que quedan a tiro de piedra de nuestras calles.
Aluche ofrece casi de todo, pero tiene una importante carencia en lo que a opciones alimenticias se refiere, sobre todo en lo concerniente al veganismo. Siendo una opción con cada vez más adeptos, me parece curioso que prácticamente ninguno de los restaurantes, bares y cafeterías tengan un apartado en sus cartas que incluya platos elaborados con ingredientes que no tengan un origen animal. No todo son ensaladas y patatas fritas, queridos amigos.
Llegó el momento de salir de nuestros límites y qué mejor lugar para comenzar estas nuevas reseñas que Vegania. Tal vez el único restaurante vegano en kilómetros a la redonda.
Ubicado a escasos metros de la calle Ocaña y un tanto escondido, encontramos un local amplio, con una barra de importantes dimensiones y una decoración un tanto austera. A nuestra llegada nos reciben un buen puñado de mesas, todas vacías entre las que pudimos escoger una situada junto a las grandes ventanas que rodean el local. No tenían ninguna terraza montada en el exterior, no sé si por que carecen de ella o porque la temperatura en la calle no invitaba a sentarse fuera.
Una vez acomodados mis tres compinches y yo, entre los cuales tuve el placer de contar con una experta vegana, procedimos a leer la carta mientras nos tomábamos una cerveza que vino acompañada de unas sencillas aceitunas.
Nos decidimos por pedir unos cuantos platos para compartir, de los que las patatas bravas y alioli, fueron las primeras en llegar. Una patata natural, frita en el momento y cubierta de una salsa brava que, al menos a mi, no me picó absolutamente nada. Buen detalle poner el alioli en un recipiente aparte para que no se mezclen las salsas y poder ir combinando a gusto del consumidor.
Pasamos a unos finguers de «queso» ahumado, que dan bastante el pego en cuanto a lo que sería un queso de procedencia láctea. Eso sí, se nota bastante que han pasado directamente de la bolsa de congelados a la freidora y no tienen mucho más que ofrecer a nuestro paladar.
Me llamaron poderosamente la atención en carta los «calamares» con alioli. Sin ánimo de entrar en debates, es muy curioso que gran parte de los platos veganos traten de imitar a los de procedencia animal, ya sea en forma o sabor. Mis compinches me insistieron en que no pidiese este plato, pero siendo un amante de los calamares, necesitaba saber hasta qué punto habían logrado reproducirlos. Pues bien, mucho me temo que aún les quedan muchas pruebas que realizar al respecto, porque aunque la textura que tienen es bastante parecida, el sabor se asemeja más a estar comiendo una pasta de harina insípida que a un producto salido del mar. Afortunadamente ahí estaba una vez más el alioli para darle algo de sabor al plato.
Otro plato que casi me cuesta un divorcio con uno de mis compinches, fueron los Nachos con chili con «carne». A ver, entiendo su postura de no querer pedir algo tan común en cualquier otro restaurante, pero dado que estaba en el apartado de «Especialidades» de la carta, me vi en la obligación de probarlos. Me parece que en este caso, su falsa carne aporta poquísimo a la elaboración final. Yo le habría dado muchísimo más protagonismo al pico de gallo o al guacamole, ya de por sí vegetales y que no necesitan ningún artificio para hacer que unos nachos sean algo delicioso. Es un plato correcto, pero decepcionante tratándose de una especialidad.
Seguimos con el Pad Thai, sin duda el mejor plato de la noche. Es aquí donde vimos algo de cocina más casera y artesana, con cierta elaboración y alejada de los otros platos. Unos fideos bien cubiertos de untuosa salsa de coco y acompañados del «crunch» de los cacahuetes. Muy recomendado.
Pedimos también una hamburguesa «Beyond Meat», que nuestra compinche vegana no tocó porque nos dijo que su sabor es tan parecido a la carne real, que le genera cierto rechazo.
Una vez hecha la cata, puedo dar fe de que es una hamburguesa que me podrían colar perfectamente como de ternera. La verdad, su sabor más que recordarme a la carne, me recordó totalmente a la Whopper de la cadena Burger King. Sorprendente, aunque una vez más estamos ante un plato de mínima elaboración y preparado de manera industrial.
Como postre nos decantamos por la Panna Cotta de plátano con mousse de chocolate. Un postre al que le faltaba sabor y textura por los cuatro costados. Saber sabe a plátano, sí, pero el chocolate apenas se aprecia y aunque la comparación sea injusta, la ausencia de nata hace que la receta vegana esté a años luz de la original.
El precio final, 72.20 euros a repartir entre mis tres compinches y yo. Bastante asequible para los tiempos que corren.
Estamos ante un local que evidentemente está dirigido a un público muy concreto y que encontrará en su carta un montón de platos que pueden consumir tanto en el local como en su hogar, ya que disponen de envío a domicilio. Si comparamos su oferta con la de cualquier cafetería del barrio, cumplen perfectamente con su cometido. No destacan especialmente por su cocina, pero todo se elabora y presenta de forma más que correcta.
Su gran virtud, aunque quizá también sea su mayor flaqueza, es la falta de competencia en las inmediaciones, que siempre viene bien para dar un plus en la calidad de las elaboraciones.
Sin ser ningún experto en gastronomía vegana, me voy satisfecho, aunque creo que tienen un margen de mejora inmenso, sobre todo si se dedican a hacer una cocina más imaginativa y que saque mayor partido del producto original sin centrarse tanto en la imitación.
¿Tienen opciones sin gluten?
Sí. Además de los platos en los que no se utilizan ingredientes con gluten, hay otros que se adaptan, como las fajitas o la hamburguesa.
¿Tienen opciones vegetarianas o veganas?
Rotundamente sí. Literalmente, toda su carta.
¿Es accesible el local para sillas de ruedas o carritos de bebé?
El local es lo suficientemente amplio como para dar cabida a sillas y carritos con total comodidad.
¿Qué opinan los compinches?
La Vegana del Degustando: «Siendo el único vegano de la zona, está muy bien. El estilo es más de comida rápida pero sus platos caseros como el Pad Thai dejan claro que entienden de buena cocina. Para los fans de nachos, mejor pedirlos para llevar ya que in-situ por su presentación pierden bastante.» Puntuación – 7,5
Kata Kimura: «Dentro del espectro de comida vegana que he probado hasta la fecha, todo me ha parecido bien. Eso sí, los nachos muy prescindibles. La hamburguesa, gloria.» Puntuación – 7
Target25: «El lugar ideal para ue veganos y muggles puedan disfrutar juntos de una comida sabrosa que anima a los segundos a adentrarse en la cocina vegana.» Puntuación – 7
Tipo de comida: Vegana.
Dónde: Ntra. Sra. De la Luz, 62. Carabanchel.
Teléfono: 911305236
Web: https://vegania.com/
Precio medio: 15-20 €
Terraza: No.
Valoración personal: 7/10