Una de dos, o lo retro está de moda o los que nos estamos haciendo viejos, todo lo vemos con ese puntito de nostalgia que nos hace retroceder unas cuantas décadas en nuestra memoria.
Si vas al cine, aparte de encontrar las innumerables películas del universo Marvel, últimamente la cartelera se nutre de secuelas como Top Gun, Los Cazafantasmas o la futura quinta entrega de Indiana Jones.
Pones Netflix y experimentas el boom de Stranger Things. ¿Que vas a un festival como Mad Cool? Pues ahí tienes en cabeza de cartel a bandas como Metallica o Placebo.
¿Sales a cenar por Aluche? Sin problema. Pica Pizza no se ha movido de su sitio desde 1991.
Y es que cuando nos tocan la fibra sensible, a todos se nos nubla un poquito el criterio. Cuando comenté con mis conocidos que iba a reseñar Pica Pizza, hubo un murmullo de preocupación. Para muchos de los que están en la treintena y cuarentena, este restaurante es casi una religión. En palabras de uno de ellos, «si no has celebrado un cumpleaños en Pica Pizza, no puedes decir que eres de Aluche».
Exageraciones aparte, vamos a ver de qué son capaces en este negocio treinta años después de su apertura. ¡Comenzamos!
Llegamos al local que en ese momento no tenía ninguna mesa montada en la terraza. Es cierto que era un día relativamente ventoso y nada soleado, pero mis tres compinches y yo teníamos ganas de cenar al aire libre, así que preguntamos a la veterana pareja que regenta el negocio, si había posibilidad de sentarnos fuera. Sin ningún problema. Agarraron cuatro sillas y una mesa del interior, lo sacaron todo a la acera y prepararon nuestra terraza particular.
Una vez aposentados, pedimos unas cervecitas para que nos hicieran compañía mientras mirábamos la carta. Nos las sirvieron en lata, aunque acompañadas de una jarrita de cristal para que nos la sirviéramos a nuestro gusto. ¿Aperitivo? Nada. Tampoco sorprende este detalle, pues estamos hablando de un negocio que básicamente vive de los pedidos a domicilio.
Como teníamos bastante hambre, fuimos pidiendo un combo de entrantes para seguir dándole vueltas a la carta de pizzas. Con bastante rapidez nos llegó a la mesa un plato con pan de ajo y fingers de mozzarella y otro con patatas fritas. Para acompañar todo esto, nos ofrecieron ketchup, mahonesa y salsa barbacoa, todo directamente del bote, al más puro estilo noventero y como si estuviéramos en casa.
Nada reseñable de este entrante donde las patatas y los fingers son congelados, aunque servidos calentitos y con hambre, cumplen su función. Se salva el pan de ajo, cortado en rodajas y con una buena porción de queso gratinado por encima.
Pedimos también una de las varias ensaladas que tienen en el menú. En nuestro caso, nos decantamos por la Cocktail.
Nos trajeron un pequeño cuenco con una ensalada perfecta para compartir entre dos personas, con una base de lechuga fresca, manzana, surimi y una montaña de salsa rosa cubriendo todo. La mezcla, muy fresca y agradable, te transporta de un puñetazo en el paladar a la época de las Olimpiadas de Barcelona o la Expo de Sevilla.
Pero como aquí principalmente hemos venido a hablar de pizzas, tuvimos que pedir al menos cuatro para tener un criterio claro. Tras un arduo debate sobre cuál pedir, tuve que renunciar, como siempre que voy con compinches, a la Carbonara, una de mis mezclas favoritas. Por contra, nos hicimos con la Pica Pizza, la Barbacoa, la Mediterránea y la Roquefort con nueces.
Todas ellas en formato mediano, de 27 cm de diámetro, son más que suficiente para que cenen una o dos personas, dependiendo del hambre.
La masa no tiene mucho de especial. Es relativamente fina en la zona interior y tiene un borde de los que se endurece en cuanto se enfría un poco.
La cantidad de ingredientes es generosa, cubriendo toda la superficie de la pizza por completo. La calidad utilizada también es óptima, dando la sensación de que todo es bastante fresco.
Dejando a un lado las preferencias de los compinches, mi favorita fue la de roquefort, muy lograda la combinación de sabores que aportan los quesos, con ese toque crujiente de las nueces en algunos bocados.
Una vez limpios los platos y con el estómago contento, pedimos la cuenta, que sumó un total de 48,80 euros a repartir entre los cuatro. Poco más de 10 euros por persona con bebidas y entrantes, es un precio realmente bajo.
Como conclusión final y sin dejar que nos ciegue la nostalgia, estamos ante un restaurante muy recomendable en su relación calidad precio, pero que no nos va a ofrecer nada muy diferente a cualquier otra pizzería del estilo. Son ya más de 30 años ofreciendo sus productos en el barrio y próximamente se van a encontrar con un obstáculo en su camino, pues a 25 metros de distancia van a abrir un nuevo local de las pizzerías Carlos. Ojalá haya negocio para todos y no lo noten demasiado. Les deseamos la mejor de las suertes.
¿Tienen opciones sin gluten?
No.
¿Tienen opciones vegetarianas o veganas?
Los vegetarianos que consuman leche no tendrán ningún problema con las pizzas vegetales, pastas y empanadillas que ofrecen. Puramente vegano, no hay nada.
¿Es accesible el local para sillas de ruedas o carritos de bebé?
El local es muy pequeño, pero suele estar vacío. Como ya hemos comentado, es un restaurante que funciona mayoritariamente a domicilio.
¿Qué opinan los compinches?
Target25: «Las salsas en bote es un viaje al pasado». Puntuación – 6
Bicicleman: «Hisoria de Aluche» Puntuación – 6.75
Kata Kimura: «La ensalada me recuerda al mítico y desaparecido Pekas Burger» Puntuación – 6.5
Tipo de comida: Italiana.
Dónde: Calle Illescas, 100.
Teléfono: 917191111
Precio medio: 10-12 €
Terraza: Sí.
Valoración personal: 6.5/10